sábado, 19 de octubre de 2019

El menor problema es la despoblación

El problema de la despoblación se ha convertido en un tema recurrente en España para hablar de ciertas localidades, regiones o áreas geográficas que lo sufren con agudeza. Olvidando que este fenómeno asola a toda la Península Ibérica con mayor o menor fuerza. Casi todas las provincias y ciudades de España hacen frente a este estigma, salvo casos muy concretos como el de Madrid, Barcelona y otros lugares.
Ahora se ha acuñado la expresión España vaciada, aunque suena feo por tratarse de un término tremendamente materialista. Da la impresión de que quien usa esta conjunción de palabras ("España vaciada") habla de un envase que se puede dejar sin contenido. Los pueblos que sufren el éxodo nunca quedarán vaciados, aunque las casas queden vacías y no habite ninguna persona los lugares, opino que siempre habrá un contenido histórico, espiritual, o de cualquier otra índole. Allí algún día hubo vida, vivencias, experiencias, personas que tanto aportaron. 
Pienso que el menor de los problemas de la España que sufre la despoblación es el propio despoblamiento pues se trata de una cuestión de demografía. La falta de cultura, valores, educación y otra serie de cuestiones empobrecen y agravan realmente la situación. En las zonas más despobladas se agudizan las faltas de prendimiento, de lucha por hacer cosas, unirse y poner en marcha iniciativas, por ejemplo. También hay otra serie de cuestiones, hoy día incuestionables, sino quieres ser el malo. Temas que es antisocial abordar, como  el plantear que los profesionales con empleos públicos, tipo médicos, enfermeros, maestros, funcionarios de instituciones, agentes y otros, tengan que residir en las localidades que ejercen su profesión, más si estos trabajan en pueblos.

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Estos días se está viviendo en Villoruela un acontecimiento que hace temblar los principios de muchas cuestiones, empezando por la tan caca...