miércoles, 29 de abril de 2020

El virus que paró al mundo

En la historia han existido capítulos de muertes masivas, provocadas por enfermedades, guerras u otras causas, lo que creo que quizá nunca antes había sucedido es la paralización de la actividad mundial, por suerte la no esencial. Pues desde lo que se vive en España no han cesado la producción de elementos básicos como los alimentos y su distribución y venta. 
La situación ha paralizado el continuo ir y venir de personas por el mundo, ha cesado el ocio, el turismo y la fabricación de muchas cosas. El mundo ha hecho una pausa para evitar el colapso sanitario. 
Los seres humanos hemos visto frenado nuestro desenfreno de alto consumo e incesante actividad extremadamente derrochante de los recursos naturales y los no renovables. Pero la naturaleza sigue su curso. Las especies animales son más vistas, lo que no quiere decir que sea nada malo, sino, bajo mi punto de vista, es algo muy positivo, porque quiere decirnos que ellos, los seres vivos salvajes también tienen derecho a circular libremente por la Tierra, a disfrutar de los recursos naturales. Nosotros debemos recapacitar y poner freno, pensar en las consecuencias de nuestros actos, porque nuestra acción es tan contundente, y las herramientas que poseemos son tan potentes, que somo capaces de destruir la naturaleza, pero también corremos el riesgo de autodestruirnos nosotros mismos sino ponemos precauciones a nuestra capacidad de acción.

Tiempo para la cercanía

Estrenamos un tiempo que debería ser consagrado a la cercanía, es decir, a evitar el ahorro en huella de carbono, pero sobre todo al disfrute de lo que nos rodea. Tenemos cerca innumerables elementos que se prestan a ser conocidos, valorados y sobre todo apreciados. 
Este tiempo de estado de alarma nos ha obligado a estar en casa más tiempo, conociendo el hogar y empapándonos de todo lo que tenemos en casa, así como de las personas que nos rodean. Poco a poco se quieren abrir las limitaciones, primero a nivel familiar, luego local, provincial,..
Pienso y opino que es nuestra responsabilidad evitar hacer viajes limitarlos al máximo a partir de ahora. El año pasado viajé a Marruecos en avión, y en el vuelo pensaba el derroche que hacemos de combustible con estos desplazamientos innecesarios, solamente por placer. No digo que hacer un viaje en avión cada cierto número de años no sea algo positivo, pero si considero nefasto un continuo trajín  y desenfreno de viajes al que ya estábamos habituados. Otra cosa es quienes residen en las islas, estos casos son excepciones, pero si pienso que debemos pensar de vez en cuando en el medio ambiente y las consecuencias que acarrean nuestros comportamientos. 
Conversar con cualquiera y decir que habías estado visitando tu propio pueblo, o un pueblo de tu provincia, o de cercanía, parecía que estabas comentando que no habías salido, porque con quien hablabas cuanto menos había estado en otro país, e incluso en otro continente. De hecho se había extendido la afición a coleccionar destinos internacionales, de los que muchas personas presumen en sus redes sociales, aunque sólo sea llegar a París y fotografiarse junto  a la torre Eiffel y regresar al día siguiente a casa. Algo totalmente absurdo, porque lo realmente importante es disfrutar del lugar que se visita, conocerlo, empaparse de su cultura y respetar los valores que allí se predican, para después poderlos compartir donde habitualmente vivimos, eso sí, si realmente después estamos en el lugar en el que habitamos. 
Se había extendido esa forma de residir en un lugar, trabajar en otro, veranear en otro, y pasar el tiempo libre en otro. De forma, que muchas personas parece que están conociendo ahora el sitio en el que viven. 

Es tiempo de centrarse, detenerse, poner un ojo en el cuidado a la naturaleza y vivir cuanto nos rodea, apreciar a las personas que tenemos cerca y beneficiar a la comunidad, comprar cerca de casa, consumir productos de cercanía y de temporada, intentar disfrutar de los placeres del entorno y recursos turísticos de nuestra tierra, provincia, región,.. y nuestro país.

domingo, 26 de abril de 2020

Guardados en el hogar

Los seres humanos del mundo estamos aprendiendo a estar guardados en la seguridad del hogar. La epidemia, pandemia, enfermedad o virus del coronavirus ha propiciado el efecto de resguardo social en cada una de las viviendas. 
Desde luego que no es lo mismo estar al refugio de una habitación en un piso compartido, que en una caravana, en un piso de pequeñas dimensiones, que en una vivienda grande, con ventanas al exterior, buenas vistas, o en una mansión de enorme tamaño. Pero el hogar es el lugar donde podemos sentirnos a gusto y seguros. 
También nos proporcionan sensación de seguridad elementos de protección como las mascarillas o los guantes. En momentos como este hay quienes dicen que no hay que dejarse llevar por esa sensación de seguridad, que sintamos más seguridad de la que realmente nos proporcionan dichas protecciones.
Hay que pasar este problema de la mejor manera posible, respetando normas y leyes, pero hay que tener muy presente que nuestro verdadero hogar es la Tierra. Es hora de cuidarla, respetarla y frenar con el desenfreno de consumismo irrespetuoso que veníamos empleando hasta antes de este fenómeno epidemiológico que ha parado el  mundo.
Quizá sea necesario estudiar a fondo métodos de desarrollo y evolución respetuosos con la naturaleza.

sábado, 25 de abril de 2020

Un posible conflicto posterior

Cuando pase la emergencia o alarma sanitaria puede ser que la situación derive en un conflicto. Quizá después de la situación sanitaria más delicada empiecen a plantearse repercusiones, o se empiecen a buscar responsables a la situación. Como es un suceso mundial, quien sabe si se producirá un enfrentamiento de potencias. 

lunes, 13 de abril de 2020

El inicio de una nueva era

El coronavirus va a sentar las bases de un cambio radical en la forma de entender la vida en el mundo. Se están retomando cuestiones como las de las cuarentenas y se está procediendo al cierre de fronteras. Las medidas adoptadas no tienen precedentes, incluso se están aprobando reales decretos. La legislación se está viendo modificada. Esta temida enfermedad, que ya es considerada pandemia por la OMS.
Al igual que sucedió tras los terribles atentados terroristas de las torres gemelas, trenes de Atocha y otros, que fueron precedentes para el cambio, desarrollo y modificación en tanto a medidas de seguridad y demás. También en similar en cuanto al fenómeno causa efecto. Gran suceso que origina cambios normativos o legislativos por doquier. 

domingo, 12 de abril de 2020

Sospechas varias

Curisosamente en varias conversaciones me he topado con la duda de la sospecha: ¿el virus es fortuito o fue creado?, es decir, la gente se pregunta cómo se ha generado esta pandemia. 
No se si se puede opinar al respecto, pero algo que creó cierta sospecha en algún momento fueron las compras millonarias de material sanitario, respiradores,.. que hicieron a China países como España.
Da que pensar el que los Estados Unidos esté siendo el país con datos más grandes o que estos se ofrezcan como tal, después Italia y España. Los datos minuciosos no se ofrecen, se dan datos generales y en ocasiones se han evidenciado dudas de sospechas o de casos sin confirmar por falta de pruebas. Es decir, en pueblos donde ha fallecido tal personas pero no se ha hecho la prueba o tal.  Se dan datos genéricos, quizá necesariamente, pero que no se sabe si en todos los países se extraen  mediante los mismos patrones. 
Casualmente, cuando comenzó el estado de alarma en España me hizo pensar que esto parece una especie de simulacro para una posible guerra o ataque químico, bacteriológico o de otra índole. Estas sospechas quizá no proceden en este momento, porque es necesario centrarse en lo esencial, que es evitar la extensión del virus y más muertes. La lucha sanitaria es esencial y quizá crear dudas no sea lo más conveniente, pero tenemos derecho a pensar. En todo caso esta situación nos ayudará a que estemos preparados para futuras posibles situaciones análogas.
La libertad de expresión y opinión que en cierto modo se está intentando evitar aflorar, choca con la creación de información nefasta y enfrentamientos que pueden ser escenario de la segunda parte de esta historia. Los políticos, en España, ya van divergiendo en opiniones y no están tan de acuerdo como al principio del estado de alarma. 
Después, cuando la situación sanitaria se estabilice, normalice y se pueda atender con mayor seguridad a los pacientes con los recursos existentes, empezarán  a surgir las reacciones. Tantas muertes y tantas horas de paro de actividad, tanto cese de trabajo y de falta de ingresos serán motivo de cuestiones, de querer buscar responsabilidades o preguntarse los porqués. No se sabe cómo van a reaccionar las naciones, las gentes, porque ahora la preocupación sanitaria copa las prioridades, además aún no se están sufriendo consecuencias económicas, porque es demasiado pronto, pero a medida que pase el tiempo irán surgiendo o agudizándose las tensiones. 
Por otro lado, bajo mi punto de vista los productos básicos subirán de precio sobre todo los de alimentación y bajarán los precios de viviendas e inmuebles así como los alquileres. Se producirá una especie de reajuste que debería haberse ejecutado mucho antes en el tiempo, porque en el mercado inmobiliario no parece que se cumpliera con la tradicional ley de oferta y demanda, por la que a mayor oferta menor precio o quizá sí, solo opino desde mi humilde ignorancia. Ya antes de todo este nefasto suceso vivíamos en una situación de prosperidad ficticia de ahí que el efecto de la crisis pueda ser más fuerte, pues nos hemos ido olvidando de alas recomendaciones de nuestros abuelos que tanto nos aconsejaban ahorrar. 
Estas líneas responden a una opinión, pensamientos diversos sin contrastar oficial, ni estadística, ni científicamente, es decir, simplemente es una forma de expresión. 

lunes, 6 de abril de 2020

Un punto de inflexión

Estamos en un punto de inflexión. En un momento neutro, un tiempo de gran incertidumbre, temor y tensión por el virus que amenaza al mundo. 
Hacen falta equipos de protección individual (EPIS) pero también material sanitario y equipos como los respiradores y los muy necesarios test para diagnosticar las personas con esta enfermedad. 
La atención principal parece que se centra en que la gente se quede en casa y en algunos que incumplen este exigencia o que hacen cualquier cosa para llamar la atención. 
Estamos centrados en el presente pero hay un futuro, y también hubo un pasado. El antes, más o menos correcto ya no se puede solucionar pero se puede tener en cuenta que en el futuro también emergerán las repercusiones sociales, psicológicas y económicas. Las dos primeras pienso que se han sufrido desde el inicio y las seguimos alimentando.
Hay personas con estrés, otras depresión o ansiedad, también hay quien ha experimentado un bajón o cierto impacto emocional. En mi caso he de reconocer, sobre todo al inicio, cuando pasaron varios días sin salir de casa, al pasar por el centro, me produjo un impacto la imagen y frialdad de la situación. La necesaria separación de personas, el temor manifiesto, algunos con mascarilla y todos evitando cualquier tipo de cercanía. Esto claro cuando estaban realizando compras esenciales por la mañana. No me causó tanto impacto ver las calles vacías porque ya venía acostumbrado de este invierno que .  

Triste y grande pérdida de patrimonio en Villoruela

Estos días se está viviendo en Villoruela un acontecimiento que hace temblar los principios de muchas cuestiones, empezando por la tan caca...