Después de ver actuar a Verónica Pallini poniendo en escena
la obra En Alquiler en su sala Porta 4, situada en el número 4 de la calle de
la Iglesia de Barcelona, son muchas las cosas que me pasan por la cabeza. Quizá
sea porque el teatro me hace pensar o porque ver a una persona dando expresión
a tantas emociones en tan corto espacio de tiempo (aproximadamente una hora que
se hace corta), sea un acicate que nos hace reaccionar en un mundo tan lleno de
analgésicos, anestesias, sedantes y otra serie de medicamentos
que callan los dolores y neutralizan las consecuencias de los problemas que nos acucian. Uno de esos
quebraderos de cabeza de ahora y de hace tiempo es el de afrontar los gastos de
la vivienda, sobre todo si vivimos de alquiler.
He de decir que asistí como público a la sesión de un domingo por la
tarde, en una oscura sala cuyo aforo de medio centenar de personas estaba casi
completo.
El público, de variada edad y distintas características,
amable y discreto, contribuyó con esta elegancia y participación a que el éxito
de esta representación fuera mayor. Pienso que si la obra funciona, las reacciones
acompañan y a mi modo de ver, puedo decir que las emociones que despertó la
obra fueron variadas e intensas. Hubo lugar a mucha angustia, variadas risas y
alguna lágrima. Pues esas Victorias encarnadas por Verónica Pallini hicieron contagiar
al público de sus profundidades. La actriz hacía las veces de una mujer
argentina que se muestra luchadora por su derecho a la vivienda en un tiempo pasado. Pallini
también dio vida a una mujer más actual que sufre la inmediata pérdida de su
vivienda en alquiler por la llegada de unos nuevos propietarios que adquieren el inmueble y prefieren tener inquilinos
con mayor poder adquisitivo.
Esta obra de teatro tiene muchas ventajas para quien
disfruta de la experiencia de asistir a la misma. Nos hace ponernos en la piel de
personas que lo pasan mal. El teatro nos hace movernos de nuestro espacio de
confort y experimentar nuevas sensaciones, algunas de las cuales ya conocíamos,
lo que hace incrementar el grado de empatía con la obra o el personaje. En este
caso, al tratarse de
un tema de candente actualidad, son muchas las personas con las que puedes sentirte identificado como espectador. El problema de los alquileres toca a muchas
personas. Esta obra tiene este tamiz social de querer poner un altavoz a una
situación bárbara, que requiere concienciación de la ciudadanía y de las
entidades sociales para ser paliada, al menos porque hay un derecho en la
Constitución que vela por una vivienda digna para todos los ciudadanos.
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